¿Sabes cómo proteger a tu caballo de las bacterias en el agua?

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Sugerencias para mejorar el manejo de tu cuadra - ¡Limpia esos bebederos!
Ojalá tuviéramos tiempo para limpiar los bebederos todos los días o, al menos, una vez por semana. Sería ideal que siempre estuvieran impecables. Pero, seamos realistas, ¿quién tiene tiempo para eso?

Los caballos beben grandes cantidades de agua. Si el agua está sucia, sabe mal o huele raro, los caballos simplemente no la beberán, lo que puede llevar a la deshidratación y a otros problemas de salud, como el cólico.

En promedio, un caballo consume entre 7 y 9 litros de agua por cada 100 kg de peso corporal. Hay bastante variación en la cantidad de agua que un caballo puede beber en un día, y esto depende en gran medida de su dieta. Las dietas ricas en fibra aumentan el consumo de agua, mientras que la ingesta de pasto verde, que es rico en agua, lo disminuye.

La actividad física también incrementa la necesidad de agua. Así que los caballos que trabajan duro pueden duplicar su consumo si sudan mucho. Las yeguas lactantes necesitan más agua porque la producción de leche requiere bastante. Otros factores que afectan la cantidad de agua que necesitan incluyen el aumento de la temperatura, la alta humedad y la intensidad y duración del trabajo o la competición. Ciertas enfermedades, como el síndrome de Cushing, también aumentan la sed. En resumen, siempre proporciona abundante agua limpia a tus caballos, excepto después de hacer ejercicio, momento en el que su temperatura corporal será muy elevada. En esos casos, es mejor que beban pequeños sorbos.

Si utilizas tanques de agua más grandes que se llenan periódicamente, en lugar de bebederos automáticos, uno de los problemas más comunes es el crecimiento de algas. Un poco de algas, aunque no sea bonito, no es un gran problema, pero sí lo es si hace que el agua se vuelva desagradable y el caballo deje de beberla.

Es importante tener cuidado con la intoxicación por algas verdeazuladas (cianobacterias). El crecimiento descontrolado de algas no es bueno para el ecosistema si ocurre en un estanque, ya que el agua estancada y el estiércol son el caldo de cultivo perfecto para estas algas. Algunas especies de algas verdeazuladas pueden producir toxinas que son peligrosas para los caballos. El problema es que no se puede distinguir a simple vista entre las algas que producen toxinas y las que no. La mejor prevención es mantener el crecimiento de algas bajo control.

Algunos propietarios añaden una o dos gotas de lejía (¡muy poquito!) a los bebederos para mantener el agua libre de algas. La lejía contiene cloro, que ayuda a desinfectar el agua, al igual que en los sistemas de agua públicos. Aunque la lejía puede ayudar con las algas durante un día, si el tanque está expuesto a la luz solar, el cloro se evaporará en unas 24 horas y ya no servirá para controlar las algas.

Algunas personas ponen peces en los tanques de agua. Los peces son útiles en primavera, verano y otoño, pero en invierno hace demasiado frío para que sobrevivan, así que deben ser trasladados a un lugar más cálido durante esos meses. Los peces, como las carpas doradas o los koi, ayudan a controlar el crecimiento de algas y las larvas de mosquitos.

Un aviso: la lejía y los peces no se llevan bien, así que elige uno de estos métodos para controlar las algas, pero no los combines.

Algunas propiedades tienen fuentes naturales de agua para los caballos, como arroyos y estanques. Si el agua es limpia y no está demasiado estancada, los arroyos pueden ser una excelente fuente de agua para los caballos. Sin embargo, algunos arroyos pueden tener sedimentos arenosos, y esto puede contribuir al cólico por ingestión de arena si son la única fuente de agua, especialmente si se combinan con pastizales arenosos.

Un estanque puede ser adecuado si no está demasiado estancado o si no tiene un exceso de algas. Pero no es ideal si es pantanoso o compartido con fauna o ganado, ya que podría estar contaminado con bacterias como Leptospira, que pueden causar enfermedades. Parece haber una relación directa entre la cantidad de sólidos disueltos totales (TDS) en el agua y su consumo. Cuanto más altos sean los TDS, menor será el consumo. Los estanques turbios y fangosos suelen tener niveles más altos de TDS.

En resumen:
  • Los caballos generalmente consumen entre 30 y 55 litros de agua al día, dependiendo de su tamaño, la temperatura y el nivel de actividad.
  • Mantén los tanques de agua lo más limpios posible. Una limpieza semanal suele ser suficiente. No olvides los bebederos automáticos, ya que también pueden volverse verdes y viscosos con el crecimiento de algas.
  • Un par de gotas de lejía o algunos peces pueden ayudar a minimizar el crecimiento de algas, y son especialmente útiles para tanques que no se pueden vaciar y limpiar fácilmente, como las estructuras de cemento. Pero recuerda: si hace demasiado calor o frío, no pongas peces.
  • Los arroyos y estanques pueden proporcionar agua potable adecuada para los caballos, pero asegúrate de que el agua sea limpia y no esté demasiado arenosa o fangosa.

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